Cuando no pueden ganar en las urnas ni con causas judiciales inventadas para proscribir a los rivales políticos, los fascistas recurren a métodos violentos y golpistas que ya deberían haber quedado en el pasado hace décadas.
Usando el mismo modus operandi que en la toma del Capitolio estadounidense, Bolsonaro, Trump y sus seguidores extremistas son las misma cara de una moneda antidemocrática.
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Seguidores de Bolsonaro intentan tomar el predio del Congreso |